Dependencia de lo imposible, eso tengo; eso tenemos todos. Resulta imposible escribir mientras se lee o imaginar mientras se vive. ¿Por qué no puedo utilizar bien un simple cuchillo? Un cuchillo siempre sirve para matar, en especial cuando es literario. En la cocina, mata sin efecto latente, mata vidas que nacieron para morir (como todos), pero que nadie extraña (como a mí) ... soy una verdura; en la calle, sorprende a quien lleva felicidad implícita o una preocupación tácita en el rostro... es decir, debo estar inquieta porque el segundo síntoma me concierne. Surge la idea de la muerte, tan presente como el ruido de la pared, tan real como la vida, idea que mana después de meditar los sucesos recientes (no necesariamente malos, pero si molestos o tristes) y juntándolos con aquellos de la misma índole sin importar la relevancia... Y cuando deseamos morir es cuando más vivos estamos, porque hemos visto la vida de frente. Se necesita más valor para respirar que para deja
«...no se puede obligar a nadie a ser feliz.» Jorge Luis Borges