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Mostrando entradas de enero, 2014

LA FRECUENCIA DE LA MONOTONÍA ES PARA DOS

La vergüenza del semáforo y una cebra de pintura-pavimento confabulan para devolvernos un minuto de libertad; al expirar dicho momento, sin notarlo, en el auto de enfrente un despistado, con una mancha de ayer y un error egocentrista, es la causa de la impaciencia de un par de bocinas. El camino greñudo se desfigura de forma directamente proporcional al aumento de la desesperación y la ignorancia, moldeándose al compás de unos dedos impacientes por encontrar una respuesta, una idea y una solución; todo en un solo pensamiento.  El paisaje del despistado ha sido reemplazado poco a poco por una calle hecha de palabras apenas perceptibles y un alboroto entendible al observar el reloj. Han pasado alrededor de 30 minutos desde que conocimos la libertad y nos conducimos voluntariamente a perderla; ya no hay nadie ni nada confabulando, hoy la espera se convierte en miedo.