5 bolas de papel en el basurero, 5 vidas que jamás tendré: Un perro, un gato, 2 hijos... hasta el típico matrimonio feliz. Gota a gota se fue vaciando el frasco de ilusiones, disfrazadas de luciérnagas marchitas, que estaba a medio poner en el estante más alto de la encimera en medio del de Había una vez y el de Felices para siempre. .. Ya no quedaba nada. Me aseguré de repetirlo, de escribirlo y decírmelo fuertemente para no olvidarlo, sin embargo, lo olvidé; olvidé que los niños deben crecer. 4 horas de soledad pública: No hay futuro más decepcionante que el presente. Una libélula habita en la siguiente habitación... ... Olor a hierba buena, a una vida plena.
«...no se puede obligar a nadie a ser feliz.» Jorge Luis Borges