Hoy soy cortisol y tengo exceso de endorfina, la mañana sangra, la tarde ni se diga; tres minutos más y me vuelvo cafeína. El sofá, el autobús, la lluvia, la ineptitud: la vida en un boom. Después de ayer soy mañana, el hoy acaba cada madrugada. Después de 24 horas siendo la misma persona de ayer, no existe palabra que pueda ofender Tengo recuerdos en la memoria, un gato y una historia, una sonrisa abrumadora, una vida que se despide de la aurora. Ganas de todo, experiencias de nada; demasiadas palabras envueltas en el crucigrama. ¿Despacio o lento? ¿Cuál es la diferencia en el movimiento? Ajedrez inconcluso, Monopolio interminable... ¡Bingo! — grita alguien cruzando la calle. Se desvanece el sol, se ruboriza la vida: el circo de la alegría se aproxima.
«...no se puede obligar a nadie a ser feliz.» Jorge Luis Borges