Y han quedado pedazos de vos por todos lados: en la cocina, en la sala, en la habitación... pero sobre todo... sobretodo, en la memoria, en los recuerdos, en la vida mía. Pedazos que encuentro tirados de vez en cuando, cuando voy caminando en la ruta vespertina o me encuentro con ellos en la monotonía de cada día, me saludan y hacen que me detenga un rato, para conversar, y como todo aquel ser que uno desea olvidar me reclaman, me reclaman y me llaman orgullosa; cuando te fuiste nuestros encuentros eran más pausados, más seguidos, más repentinos pero con ganas de ser imprevistos, ahora, estando vos cerca, ya son más chiquitos, casi no suceden... Ahora, ahora no sos más que un rompecabezas, un rompecabezas de memorias.
No tengo ganas de un pasado olvidadizo ni de las ostras del café Solo anhelo perderme en el vaivén de la corriente, caminar indiferente y llegar hasta las tres. ...la mente de un suicida doblez, diciendo ahora y no después; ...eclipse apagado en el atardecer, espacios divisores de palabras, granizo en primavera Un suspiro más y se nos hacen las diez, como siempre llegando tarde al ayer. Olor a tiempo, a ojos tristes, a lágrimas y arcoiris ocultos, olor a descuidos y olvidos, es decir, olor a mi nada de todos los días.
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