Cada
vez existen más avances e investigaciones en el ramo tecnológico,
esto nos permite sin lugar a dudas resultados de efectividad y
eficacia de producción mejores, un control y registro de datos más
ordenado, entre otros beneficios. Es seguro que la tecnología de hoy
en día no es la misma con la que crecimos, la evolución es notoria
y nos hace cuestionarnos, ¿cuál fue el origen de todo esta
desarrollo?, ¿por qué seguimos inmersos en este proceso?, y ¿hacía
dónde queremos llegar?
El
origen
La
evolución de la tecnología se extiende en las civilizaciones y las
épocas, desde la Edad de Piedra hasta la actual con el mismo
propósito: mejorar y hacer más fáciles las tareas cotidianas del
ser humano, a esto se suman los avances en astronomía y
arquitectura; en el marco de este proceso se destaca la revolución
industrial con el boom de las máquinas, hasta llegar a la tecnología
que hoy día vemos en acción: El Internet de las cosas (IoT).
El
proceso
Hemos
sido testigo de un cambio gradual, continuamente presenciamos eventos
en redes sociales que nos permiten visualizar las disputas de los
“grandes en tecnología”, esto podría hacernos pensar que una de
las principales razones del elevado interés en mejorar y crear
dispositivos de última generación es en realidad económico, esto
no es del todo negativo, no obstante existen variados intereses, que
suscitan diversos comportamientos en la rama de las TIC, entre los
que destacamos los ciberactivistas (por ejemplo, un movimiento bastante notorio
por su influencia es el que busca mejorar, destacar y empoderar el
papel en las mujeres en las STEM), sin embargo, existen también
motivos un poco más oscuros como la labor de los cracker (hacker con
malas intenciones).
Hacia
dónde queremos llegar
Como
bien es planteado, dependiendo del objetivo de uso podemos dividirlos
en dos ramas principales: instrumento o herramienta. La razón del
surgimiento de la tecnología se ha diversificado, dejando entrever
diversas causas e intereses, sean de tipo egoísta o comunitarias.
En
este contexto, podemos hablar propiamente de tecnología humanitaria,
con lo cual no me refiero a la apariencia antropomorfa o a la
Inteligencia Artificial, sino al uso de la misma. El objetivo
podríamos incluso llevarlo más allá y empezar a humanizar con la
tecnología que ya usamos, es decir, contribuir a ser empáticos,
mejorarnos como personas, entrelazando nuestras realidades. Para tal
propósito debe darse una innovación en el uso de las tecnologías,
lo cual puede darse a través del análisis de datos abiertos, big
data y small data o iniciativas como U-Reporter.
Pero
en realidad, ¿cuál es el verdadero fin de toda esta “lluvia” de
innovación? ¿hasta dónde llegará? Eso solo podemos definirlo como usuarios.
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