Me ve, quisiera hablarme para no tener nada que escribirme; lo veo, quisiera no hablarle para tener mucho que escribirle. Ambas situaciones suceden: Me habla, no le hablo; le escribo, no me escribe... por eso estamos como sucede.
No tengo ganas de un pasado olvidadizo ni de las ostras del café Solo anhelo perderme en el vaivén de la corriente, caminar indiferente y llegar hasta las tres. ...la mente de un suicida doblez, diciendo ahora y no después; ...eclipse apagado en el atardecer, espacios divisores de palabras, granizo en primavera Un suspiro más y se nos hacen las diez, como siempre llegando tarde al ayer. Olor a tiempo, a ojos tristes, a lágrimas y arcoiris ocultos, olor a descuidos y olvidos, es decir, olor a mi nada de todos los días.
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